La imagen que deseas mostrar en la mesa
¿Alguna vez has pensado en la imagen que deseas mostrar en la mesa? ¿Te gustaría que te vean como un jugador cauteloso que no es capaz de echarse un farol? ¿O preferirías que los demás te perciban como un tipo agresivo y arriesgado que siempre apuesta a pesar de no ligar nunca?
En este sentido, la imagen en la mesa no es realmente algo que deseas mostrar de una manera en particular. Es la imagen de la que debes ser consciente y a la que debes estar dispuesto a adaptarte.
¿Qué es la imagen en la mesa?
Antes de hablar de los diferentes tipos de imagen en la mesa, primero vamos a definir su significado. En este contexto, el concepto se refiere a cómo te ven otros jugadores.
Eso no tiene nada que ver con tu nivel real de habilidad ni con tu verdadera forma de jugar. Por lo general, se basa en tus acciones recientes.
Si los jugadores ven que subes varias manos seguidas, es probable que supongan que estás siendo agresivo, incluso si ligas una excelente mano en cada ocasión. Del mismo modo, si no has jugado una mano en un par de rondas por estar completamente desprovisto de cartas, tus contrincantes te considerarán cauteloso.
En una mesa, algunos jugadores prestan más atención que otros. Así que tu imagen solo será importante para quienes te estén observando de cerca y, por ende, adaptando su estrategia.

Por qué no puedes elegir tu imagen en la mesa
Al jugar una mano de poker, debes tener en cuenta muchos factores. Contemplarás la fuerza de tu mano, la posición, el tamaño de las pilas, las jugadas de apuesta y la dinámica de la mesa. Harás todo eso antes de jugar un pozo o tomar decisiones.
Es un hecho que si tienes un estilo arriesgado, es más probable que esa sea tu imagen. Lo mismo pasa si tiendes a aferrarte a las cartas fuertes y jugar con cautela. En ese sentido, tu imagen frecuentemente será un reflejo de tu enfoque general.
Más allá de eso, no buscarás controlar tu imagen en la mesa jugando intencionalmente de forma más cautelosa o más arriesgada. Simplemente jugarás ante la situación que te toque y tomarás la mejor decisión posible.
Tu imagen en la mesa fluirá de forma natural a partir de las acciones que realices. Será una combinación entre tu habilidad, tu enfoque en el juego y las posiciones que te toquen en el reparto.
Cómo controlar la imagen en la mesa
Como dijimos, hay varias formas de controlar tu imagen en la mesa si así lo deseas. No tiene nada que ver con cambiar la forma en que juegas las cartas. Más bien se relaciona con tu presentación, de la misma manera en que decides o no echar faroles.
Cuando los jugadores no logran interpretaciones sólidas, suelen estereotipar a los contrincantes en la mesa… El tipo mayor que juega con cautela. El arriesgado que usa sudadera con capucha y gafas. El joven mago que aplica la teoría del juego óptimo. Todo esto sin evidencia alguna que respalde las suposiciones. En una partida en vivo, ten en cuenta cómo podrían verte los demás.
Un comportamiento chillón y prepotente puede ser signo de un jugador arriesgado. Si te muestras sereno y mantienes esa calma, podrían etiquetarte como cauteloso (tengan razón o no).
En torno a las cartas, mostrar faroles es una forma infalible de que te etiqueten como arriesgado y agresivo. Puedes usar esto a tu favor para poner a un jugador “en tilt” o para armar una mano real y así llevarte las ganancias.
Sin embargo, esto implica dar información sobre cómo jugaste la mano. Rara vez vale la pena revelar información tan valiosa en una búsqueda innecesaria de controlar la imagen en la mesa.
En términos generales, la imagen en la mesa no es la que pretendes mostrar. Es la imagen de la que debes ser consciente y a la que debes adaptarte.
Cómo adaptarte a tu imagen en la mesa
En lugar de preocuparte por la imagen que deseas mostrar en la mesa, ten en cuenta cómo perciben tus acciones recientes los demás jugadores.
La imagen en la mesa es un tema complejo. Los jugadores experimentados realizarán lecturas muy específicas sobre cómo juegas en determinadas situaciones. Pero en general, en la mesa darás la imagen de ser cauteloso o arriesgado.

Imagen de jugador cauto en la mesa
Si no has jugado muchas manos últimamente, los demás jugadores de la mesa te etiquetarán como cauteloso. En su mente, estás sentado esperando manos excelentes antes de jugar por un pozo.
Los contrincantes se retirarán con más frecuencia ante tus apuestas si perciben que eres cauto. Esto puede resultar irritante si ligas una gran mano, ya que la mesa a menudo se retirará. Pero la ventaja de parecer cauto en la mesa es que puedes echar más faroles antes y después del flop.
Imagina que te has retirado durante dos rondas y luego subes con K-9 desde la última posición. En la mente de tu contrincante, tienes una gran mano. Puede que se retire antes del flop, por lo que te llevarás un pozo sin ningún esfuerzo. Si él iguala, un farol en el flop funcionará con más frecuencia de lo habitual, ya que supondrá que has armado tu mano.
Si te topas con alguien con imagen cauta, prepárate para ajustar tu rango relajándote un poco. Por ejemplo, busca situaciones contra jugadores que te crean incapaz de usar faroles.
Imagen de jugador arriesgado en la mesa
Y también está el extremo opuesto del espectro. Si has subido varias manos seguidas, ya sea porque has tenido grandes manos o porque la dinámica de la mesa te permitió descontracturarte, probablemente te hayas mostrado bastante arriesgado.
Después de un tiempo, los contrincantes observadores comenzarán a buscar formas más astutas de jugar contigo. Ya sea resubiendo antes del flop o ampliando sus rangos para igualar y subir después del flop.
Este es un momento excelente para ligar una gran mano o para armar una buena mano en el flop. Los contrincantes no creerán que tienes gran cosa en tus cartas, no después de verte subir constantemente. Con una imagen arriesgada, te convendrá enfocar tu juego en la búsqueda de valor, apostando mucho y subiendo el pozo.