Jugar proyectos y semifaroles: Parte 1
¿Qué es un semifarol? Ya deberías saber que un farol se define como una apuesta o subida con la que, se supone, es la peor mano, en un intento de que manos mejores se retiren. Un semifarol es hacer lo mismo con cartas que, además, tienen una probabilidad razonable de llevarse el pozo; es decir, opciones decentes de mejorar y convertirse en una mano ganadora si alguien iguala. Un ejemplo claro de esto sería algo como un proyecto de color al 9. Vas al flop con 9-8 del mismo palo y aparece tu proyecto. Puedes pagar si hay acción, intentando completar tu color, pero si no consigues mejorar, acabarás con el 9 como carta alta que, por sí solo, no va a ganar el pozo. Sim embargo, si decides adoptar una postura más agresiva con tu proyecto de color al 9, tendrás dos opciones para llevarte el pozo. En primer lugar, tus rivales pueden retirarse, lo que te permitiría recoger el pozo sin tener que mejorar. Y si eso falla, todavía puedes completar tu mano y ganar el pozo en la confrontación final.
Ahora que ya hemos definido lo que es un semifarol, ¿cuándo debemos usar esta arma en las mesas? Muchos jugadores lo llevan al extremo. Empiezan renunciando a jugar proyectos de forma agresiva. Una vez descubren lo poderoso que es el semifarol como herramienta, se pasan al otro extremo y juegan todos sus proyectos con agresividad. Ambas estrategias presentan fallos, claro. Hay veces en las que conformarse con pagar con un proyecto es apropiado, y otras en las que la situación pide un semifarol agresivo.
Empecemos echando un vistazo a algunos de los beneficios e inconvenientes de jugar un proyecto de forma pasiva, y los compararemos con los de jugar de forma agresiva.
El primer beneficio de jugar un proyecto de forma pasiva es que nos permite buscar nuestro proyecto por poco dinero, además de que no nos expone demasiado en caso de que no lo completemos. El principal inconveniente del juego pasivo es que, si mejoramos y podemos ganar la mano, el pozo será más pequeño, lo que permitirá que nuestro rival esquive el proyecto que hemos completado con mayor facilidad.
Ahora, comparemos esto con los beneficios e inconvenientes de jugar un proyecto de forma agresiva.
Dos formas de ganar. Ya lo hemos comentado antes: es posible que ganemos inmediatamente si nuestros rivales se retiran, y lo mismo podemos ganar si no lo hacen.
Esconder la fuerza de nuestras manos. ¿Estamos siendo agresivos porque hemos completado una mano fuerte o porque estamos jugando un proyecto? Hablaremos de esto más adelante.
Un pozo más grande conlleva una mayor implicación de los rivales. Cuando no se retiran y mejoramos, puede que para nuestro rival resulte más difícil abandonar la mano.
Ser agresivo con los proyectos también tiene sus inconvenientes; estos son algunos de ellos:
Nos costará más buscar proyectos. Hablaremos más sobre esto en el próximo artículo, pero hay veces en las que es un factor relevante. En cualquier caso, lo habitual es que este factor se compense sobradamente con nuestra probabilidad de que se retiren (equity de retirada); es decir, las veces que vamos a ganar el pozo sin tener que completar nuestra mano.
Que nos suban y tengamos que renunciar a nuestro proyecto. ¿Qué pasa si nuestro rival apuesta, nosotros subimos con un semifarol y nos responde con una resubida enorme? Es posible que el precio de continuar en la mano haga que no podamos seguir con nuestro proyecto y que tengamos que retirarnos contra la que, presuntamente, es una mano fuerte que nos podría haber pagado si nos hubiésemos conformado con igualar y completásemos el proyecto sin haber invertido mucho. Repito, este factor suele compensarse con el incremento de nuestros beneficios gracias a la probabilidad de que se retiren. También es posible que no pase con frecuencia. Habría que tener un proyecto, subir, enfrentarse a un rival con una mano muy fuerte y que este nos resubiese con esa mano y eligiera un tamaño de apuesta que nos dejase fuera de juego. Esta conjunción de eventos no se suele dar con frecuencia.
Si te parece que decidirse por jugar los proyectos de forma agresiva tiene muchas ventajas, es porque es así. Entonces, ¿por qué no optamos por usar siempre una postura agresiva con ellos?
Bueno, hay varios motivos. Echemos un vistazo a algunos de ellos.
No siempre es la opción ideal. Hay situaciones en las que, sencillamente, no es la línea de juego óptima. Por ejemplo, si hay una apuesta en un pozo con varios jugadores implicados que son “calling stations” (que nos van a pagar con frecuencia), subir con un proyecto, claramente, no es la opción ideal. De hecho, el tipo de contrincante contra el que nos enfrentemos es uno de los factores que nos llevará a ser agresivos o no con un proyecto. Trataremos este tema en el siguiente artículo.
Ser predecible. Si siempre subimos con nuestros proyectos, los rivales más astutos se darán cuenta. Así, cuando no les subamos, sabrán que pueden eliminar los proyectos de nuestro rango y, si sale una carta que podría completar un color o una escalera, no se van a asustar.
Equilibrio. Esto lleva a no ser predecible, y conforme avances en los niveles de apuestas y te enfrentes a contrincantes más sofisticados, tener rangos equilibrados juega un papel más importante. En resumen, ya sea que subas o pagues una apuesta, pases o apuestes, si puedes llevar un proyecto en cualquiera de estos casos, siempre serás una amenaza, ya que existe la posibilidad de que lo tengas, lo que hace que resulte más complicado jugar contra ti.
Aprender cuándo debemos jugar los proyectos con agresividad y cuándo de forma más pasiva, y hacerlo de forma equilibrada, te ayudará a convertirte en un jugador más fuerte y completo. Si trabajas este aspecto de tu juego, te ayudará a mejorar tus resultados. En la segunda parte, exploraremos cómo ajustar tu juego con proyectos frente a ciertos tipos de jugadores para sacarle beneficio.
