Jugar sin ver las cartas
por Leo Fernández
El presente artículo es una copia del publicado en el Blog de PokerStars.com , y publicado por Marcelo Fitte el pasado 1ro de Abril de 2019.
Hoy comprenderemos que a veces lo importante no es “ganar”, sino “aprender a leer” a nuestros oponentes, para así poder tomar mejores decisiones, las que en el futuro se traducirán en mayores triunfos.
Si al jugar tapamos nuestras cartas, nuestra atención se dirigirá exclusivamente a las acciones de los demás jugadores y de esa manera probablemente podamos ver hechos que se nos escaparían si estuviéramos concentrados en lo que llevamos. Es bien sabido que un ciego desarrolla notablemente sus otros sentidos, oído, olfato, tacto… y percibe mucho más a través de ellos que las personas que ven. Un ciego siente olores, perfumes, sonidos suaves, como por ejemplo una pequeña respiración cercana, que para una persona normal pasaría desapercibida.
Hagamos unos ejercicios para comprender mejor el concepto de lo que queremos aprender. Abramos el software de PokerStars, sentémonos en una mesa que nos resulte barata y comencemos a practicar la “lectura” de manos de nuestros oponentes.
“Juguemos sin ver las cartas, salvo que haya que tomar alguna decisión importante. El principal objetivo es ejercitarnos en la lectura de manos rivales.”
Ejercicio 1 (Ciegas $1/2):
Acción: “La mano nos llega sin apuestas y desde el botón decidimos subir a $5, postura que es pagada por el SB (Small Blind = Ciega Pequeña)”.
Análisis: ¿Qué nos dice este call? Que el SB debe tener alguna combinación jugable, aunque nada fantástica, por lo que instantáneamente descartamos cartas como AA, KK, AK, QQ o parecidas, ya que si llevara alguna de esas combinaciones, seguramente nos hubiera resubido la apuesta. Por otra parte, también podemos descartar manos “basura” cómo J4, 72, K3, ya que el SB no pagaría la diferencia de $4, menos aún quedando por hablar la BB (Big Blind = Ciega Grande).
Acción: “Tras el call de la SB, el BB también paga”.
Análisis: Ahora, de esta acción ¿qué podemos deducir? Aquí, para pagar, el BB puede tener bastante menos fuerza en su juego que lo que necesita la SB, puede llevar prácticamente cualquiera de las dos cartas. ¿Porqué? Por varias razones:
a) Tiene que poner menos que el SB ($3).
b) El pozo ya es bastante grande ($12), lo que “justifica” la inversión.
c) Es el último en hablar en esa ronda, por lo que nadie le impedirá que vea el flop.
Acción: “El flop muestra 9♦ 6♣ 3♠ “.
Análisis: Éste es un flop que tranquilamente podría haber favorecido a alguna de las dos ciegas, especialmente a la BB, ya que cualquiera de las dos pudo haber pagado nuestra subida con cartas bajas y haber conectado.
Acción: “Ambas ciegas pasan y decidimos, aún sin ver las cartas, apostar el 80% del pozo ($12) con la esperanza de llevárnoslo ahí mismo. Lamentablemente, las cosas no salen cómo esperábamos y ambas ciegas nos pagan”.
Análisis: Acá comenzamos a develar el misterio. Sabemos que cualquiera de las dos ciegas pudo haber pagado con cartas chicas. Descartamos los proyectos a color, ya que el flop es tricolor, aunque sí consideramos que alguno de ellos puede tener cartas como 87, 43 o 75, lo que le daría un interesante proyecto a escalera “a dos puntas”.
Acción: “El turn trae un 3♦ , siendo hasta el momento el board 9♦ 6♣ 3♠ 3♦ . Nuevamente ambos jugadores pasan y es nuestro turno de hablar. Hay $51 en el pozo”.
Análisis: Ante la duda de que alguno de nuestros rivales pueda llevar un 3 o un 9, y esté tratando de atraparnos, decidimos que ya es hora de mirar nuestras cartas para decidir cómo continuar jugando la parada.
Acción: “Levantamos nuestros naipes y vemos que llevamos un irrelevante Q♠ 4♦ , entonces decidimos pasar. El river trae una Q♣ , quedando las cartas comunitarias 9♦ 6♣ 3♠ 3♦ Q♣ . Ambas ciegas pasan por tercera vez y es nuestro turno de actuar”.
Análisis: Genial, hemos conectado el par máximo, aunque no está muy bien acompañado, suponemos, por la pasividad de las ciegas, que nuestra mano es la ganadora. Muchos jugadores aquí consideran que lo mejor es pasar y mostrar la mejor mano. Argumentan que de esta manera se protegen de esporádicas trampas. Personalmente no considero que sea una mala opción, pero creo que en esta situación es mejor hacer una “apuesta de valor”, para sacarle un mayor provecho a nuestra mano ganadora.
Acción: “Sobre un pozo que lleva hasta el momento $51, apostamos $20 buscando recibir el call de un juego inferior. Finalmente la SB pagó con 77 y la BB foldeó”.
Conclusión: No voy a criticar o alabar los movimientos del SB, pero sí podemos decir que jugó pasivamente, tal vez demasiado prudente, lo que para nosotros fue muy positivo, ya que nuestra apuesta de valor rindió y obtuvimos $20 extras. De seguro, si hubiéramos apostado $50, no hubiéramos obtenido el pago. En caso de que la última carta no hubiera conectado con nuestro par, y si en vez de la Q♣ , el river fuera una J♣ , habríamos apostado $50, cifra que consideramos será suficiente para que nuestros rivales foldeen sus cartas.
Como les conté en alguno de los artículos anteriores, el gran Doyle Brunson una vez dijo que se animaba a jugar sin ver las cartas, siempre que él fuera el botón, es decir, siempre que tuviera posición y que los demás jugadores no supieran que él no había visto sus cartas.
Después de jugar sin ver nuestras cartas en la misma mesa por varias rondas, ya habremos recopilado suficiente información acerca del juego y tendencias de nuestros oponentes y podremos saber quiénes son “tight” (duros, que sólo apuestan manos fuertes), sabremos a quién es más fácil mentirle y sabremos quiénes son los jugadores “loose” (que juegan sueltos, casi cualquier mano, de forma agresiva).
Al jugar sin ver las cartas desplegamos una estrategia ganadora, planteamos un exitoso juego agresivo. Sólo hay que saber cuándo replegarse si nos encontramos con una verdadera resistencia.
Si quieres ver más ejemplos, puedes leer el artículo completo en el Blog de PokerStars.com en Español.
