Manos Iniciales en el Poker

En una partida de Texas Hold’em podemos acabar viendo 7 cartas, pero al comienzo de la mano sólo conocemos 2. Son las que llamamos manos iniciales en el poker. Estas dos cartas definirán, en gran medida, todo nuestro juego en el resto de calles. De hecho, la fortaleza de nuestra mano es la que debería determinar si entramos en el bote o no.

Una mano inicial fuerte se impone a una débil al menos en tres de cada cuatro ocasiones en las que se enfrentan.

 

Es fácil deducir que, para ganar cuando las cartas se vuelven boca arriba, necesitamos tener la mejor mano inicial cuantas más veces mejor. Para ello resulta crítico tener una idea precisa del valor de nuestras cartas iniciales antes de decidir entrar en un bote. A medida que avancemos en el curso veremos que el valor de nuestra mano no funciona de forma independiente, sino que tenemos que combinarlo con otros factores que nos ayudarán a decidir qué hacer a continuación.

En este artículo veremos qué hace de una mano inicial una buena mano y porqué algunas son consideradas directamente malas.

Parejas: Un buen comienzo

Si nuestras cartas forman una pareja ya estamos en el segundo peldaño de la escalera de la clasificación de manos. Para familiarizarnos con el argot nos referiremos a estas manos como Pocket Pairs, por su nombre en inglés. A menudo nos las encontraremos en el foro como Pockets, o abreviadas como PP.

Sobra decir, que la fuerza de la mano depende mucho de cómo de alta sea nuestra pareja. La mejor mano inicial en Texas Hold’em sería el soñado par de ases.

Una pareja puede, a menudo, ganar la mano sin necesidad de mejorar en ninguna de las calles. Esta probabilidad depende enormemente de lo alta que sea la pareja. Si tenemos Ases, nuestro rival va a necesitar por lo menos dobles parejas para vencernos.

Es más, si sobre la mesa aparece una tercera carta del mismo valor que las que forman nuestra pareja habremos conseguido un trío – también conocido como trucha o por su nombre en inglés set -, estas manos pueden ser muy difíciles de detectar por nuestros rivales, porque sólo una carta de la mesa contribuye a formarlas

Pero ¡Mucho cuidado con las parejas bajas! no las sobrevaloremos si no mejoran. Nuestros rivales sólo necesitan la ayuda de una carta de la mesa para hacer un par mayor que el nuestro.

Las parejas más altas se denominan a menudo “Manos Monstruo” (o en inglés “Monster Hands”). Las más bajas se deben considerar como manos especulativas y, a menudo, ser abandonadas como manos basura en la ronda de apuestas previa al flop.

Evaluando las Manos “No emparejadas”

Por desgracia solo recibiremos una pareja una de cada 16 manos. Por tanto, la mayor parte de las ocasiones nuestra mano inicial no será una pareja, con lo que necesitamos mecanismos que nos permitan determinar con facilidad la fuerza de nuestra mano.

Pero no hay de qué preocuparse. Tres simples preguntas nos ayudarán a evaluar fácilmente nuestra fortaleza inicial:

¿Mis cartas son altas?

Esto es sin duda lo más importante. Las cartas altas tienen ventaja cuando nadie conecta con las cartas comunes o cuando conseguimos un par.

Además, siempre es mucho mejor tener dos cartas altas que solo una, porque tendremos un buen “kicker” (o carta de desempate).

¿Son mis cartas del mismo palo?

Si nuestras cartas son del mismo palo nuestras probabilidades de conseguir un color aumentan de forma significativa. Además, un color en el que intervienen nuestras dos cartas es mucho más fuerte que otro en el que usamos 4 de las cartas comunes.

¿Cómo de conectadas están mis cartas?

Este puede ser un factor decisivo a la hora de intentar formar una escalera. Nuestras probabilidades de conseguir una escalera son más altas cuanto más cercanas en valor (o conectadas) están nuestras dos cartas. Cuanto más se acerca el valor de nuestras cartas más probable es poder hacer una escalera con ambas y cuando se trata de cartas muy diferentes en valor es imposible hacer una escalera en la que usemos ambas cartas.

Las cartas altas conectadas son especialmente valiosas. La mejor mano inicial que no es una pareja es A K ( o cualquiera de las otras tres combinaciones, como A K ). Se trata de una mano que merece la pena jugar en la mayor parte de situaciones. Pero cuidado, es una mano que nos puede traer muchos dolores de cabeza, ya que necesita mejorar para ganar incluso a las parejas pequeñas que puedan tener nuestros rivales.

La cartas bajas y alejadas entre ellas, y que además no son del mismo palo, son manos especialmente débiles. 7 2 se considera la peor mano inicial en Texas Hold’em. Son dos cartas bajas que no podemos usar juntas ni para formar un color ni una escalera.

En la siguiente lección veremos cómo la mano inicial que nos han repartido encaja en nuestro juego. En otras palabras, una vez que conozcamos la fuerza de nuestra mano decidiremos sobre lo que debemos hacer con ella.