La séptima calle
El juego en la séptima calle de Seven Card Stud depende en gran medida del perfil del adversario respectivo. La mayoría de los jugadores tienden a pasar muy a menudo en la Seven Street -en realidad demasiado a menudo- y sólo apuestan con manos hechas realmente fuertes. En esta situación se dejan pasar a menudo apuestas por valor y se desaprovecha una u otra posibilidad para hacer un farol. La mayoría de los jugadores presenta normalmente un patrón de comportamiento y de reacción definido a más tardar a partir de la quinta calle y, sorpresivamente, también se mantienen fieles a su estrategia básica.
La estrategia de juego optimizada para la séptima calle depende decisivamente del comportamiento que hemos observado hasta el momento en los otros jugadores.
Por lo tanto, en principio en la séptima calle se recomienda apostar siempre una apuesta por valor contra jugadores que son más bien pasivos. Ello porque en la mayoría predominante de los casos se podrá recaudar una apuesta grande adicional.
Por el contrario, cuando se juega contra jugadores muy agresivos es recomendable pasar, para luego igualar obligatoriamente una posible apuesta del adversario. En este caso especial, también es recomendable que en la séptima calle considere la posibilidad de pasar y luego subir (check raise) en caso de que haya ligado una segunda pareja.
La retirada en la séptima calle
Solamente en muy pocos casos resulta razonable retirarse en este momento, a no ser que pueda reconocer claramente que ya está derrotado en las cartas descubiertas del adversario o los adversarios.
En caso contrario, si decide igualar, esto no será nunca un gran error. En los casos más desafortunados, perderá una apuesta adicional. Sin embargo, si se retira en la séptima calle perderá el bote completo y matemáticamente no hay ningún error más grande en Seven Card Stud que retirarse en la séptima calle después de una apuesta de un adversario, a pesar de haber podido ganar el bote en elshowdown.
Algunos jugadores agresivos también hacen gustosamente apuestas imprevistas en la séptima calle para inducir al adversario a retirarse.
El farol en la séptima calle
Un farol en la séptima calle resulta ser una maniobra adecuada en muy pocas ocasiones, por lo que habría que dejarlo sólo para situaciones verdaderamente excepcionales. Un farol bien hecho siempre tiene antecedentes en el desarrollo del juego, por ej., una subida en la sexta calle, y siempre se dirige contra adversarios extremadamente precavidos y que juegan de forma cuidadosa.
Una oportunidad propicia para hacer un farol se presenta cuando las cartas personales que están descubiertas tienen una apariencia muy amenazante, por ej., cuatro cartas de un color o cuatro cartas de una escalera y uno supone que el adversario tiene como máximo una pareja media en la sexta calle. Si en la quinta o en la sexta calle ya tuvimos la oportunidad de subir una apuesta del otro jugador, excepcionalmente, valdría la pena intentar hacer un farol en la séptima calle.
Otra posibilidad para hacer un farol se presenta cuando el adversario tiene una pareja descubierta, sin que haya logrado formar una pareja con su carta abierta. Curiosamente éste farol funciona mejor cuando la pareja del adversario es más bien alta, por ej., JJ o QQ.
Tal como se pudo ver en los capítulos anteriores, las estrategias después de la tercera calle son realmente complejas, y uno tiene que estar todo el tiempo en condiciones de poder estimar de la forma más precisa posible la fortaleza de su mano en relación con los juegos de los demás.
Sin lugar a dudas en Seven Card Stud la mayor parte del dinero se pierde o se gana mediante la selección de la mano inicial. Un jugador que domina la estrategia optimizada en la fase más avanzada de la mano, ganará en promedio en 50% más de los casos que el “jugador estándar”, que juega de forma pasiva, pese a haber jugado ambos el mismo tipo de manos iniciales.